El juego es el medio natural de auto expresión, experimentación y aprendizaje para el niño. En el ambiente de juego, el niño puede fácilmente relacionarse con los juguetes y “jugar” sus preocupaciones y conflictos con ellos. El juego es tan vital para el niño debido a que es su canal propio de comunicación y expresión, y es a través de este lo que le permite una liberación de sus conflictos internos, sentimientos, frustraciones, miedos y confusión. Las experiencias de juego son renovadoras, sanas y constructivas en la vida del niño. Como adultos podemos comprender el mundo del niño mediante la observación de su juego y podemos relacionarnos de un modo más fácil con él por medio de las actividades de juego que a través de un diálogo verbal. El juego es la manera que tiene el niño de someter a prueba al mundo y aprender acerca de él. Es la forma de auto-terapia mediante la cual el niño llega al centro de sus confusiones, ansiedades y conflictos. Es tan importante el juego para el desarrollo del niño que este se convierte en una función vital. Más que una actividad puramente frívola, despreocupada y placentera como muchos adultos lo suelen ver, el juego es el lenguaje simbólico del niño y lo utiliza para formular y asimilar lo que experimenta en su vida. A través del juego reduce eventos atemorizantes y traumáticos, alivia la ansiedad y el estrés. Por el juego el niño aprende acerca del mundo y sus relaciones. El juego le ofrece la oportunidad de ensayar roles, someter a prueba la realidad, explorar emociones. El juego le permite expresar la agresión y los sentimientos más profundos y con él puede construir un puente entre la fantasía y la realidad. Al expresar abiertamente en el juego sus emociones y conflictos, se da cuenta del poder interno que tiene de pensar por sí mismo, tomar sus propias decisiones y generar sus propias soluciones. El juego es la participación íntima y dinámica del niño en el mundo físico y humano. Cuando el niño juega, toca la esencia exquisita de la vida con la imaginación, la expresión, la expansión y la auto-realización. En el juego el niño ejerce su libertad, ensaya lo posible y lo inédito, descubre nuevas facetas, modela relaciones con el medio ambiente, contacta corporal, emocional y espiritualmente con la realidad externa. Da la posibilidad al niño de jugar sus sentimientos, necesidades, conflictos y problemas. El poder actuar sus sentimientos en el juego hace que emerjan a la superficie y los pueda expresar abiertamente, así el niño puede enfrentarse a estos aprendiendo a controlarlos, a rechazarlos o a aceptarlos. LA EXPRESIÓN EMOCIONAL, le facilita al niño la expresión y expulsión del conflicto interno de modo natural a través de la descarga emocional dentro del juego.
Beneficios de los talleres
Dinámicas que trabajamos:
¿Donde y cuando?
Comenzamos el día 2 de Octubre.
Centro Ágora C/Sant gaietà 133, Terrassa (BCN)
Lunes y Miércoles de 18.30h a 19.30h